PERFIL | Don Lorenzo Servitje: empresario, filántropo, “filósofo de la responsabilidad social”

26/02/2017 - 12:05 am

“Una empresa debe ser altamente productiva, pero también plenamente humana”, es la base de la filosofía de uno de los empresarios más importantes de México: Lorenzo Servitje, fallecido el pasado 3 de febrero. Don Lorenzo, una figura de peso en los sectores público y privado del país, se distinguió siempre por defender sus negocios y creencias, pero también por cimentarlos en los más humildes valores, “respeta hasta la más modesta persona, tenle confianza y quiérela, te dará lo mejor de sí misma”, decía.

Ciudad de México, (SinEmbargo).- “’Pongamos alma, vida y corazón en todo lo que hacemos’, Don Lorenzo Servitje. Que descanse en paz”, se lee al principio del más reciente reporte financiero de Grupo Bimbo. Así la compañía de pan de caja recordó y despidió a su fundador: un hombre de convicciones sólidas, en constante movimiento pero prudente, promulgaba el respeto al ser humano, combinó su pasión a los negocios con la filantropía y que, junto con el crecimiento de su empresa, buscaba mejorar su entorno, al país, desde su filosofía e ideales basados en la doctrina social cristiana.

Don Lorenzo, como le decían sus amigos y colegas, partió el 3 de febrero pasado, a los 98 años. Cimentó un emporio que tan sólo en el 2016 alcanzó los 252 mil 141 millones de pesos en ventas netas, consta en el informe a inversionistas emitido por la empresa el pasado jueves 23 de febrero.

“Era un hombre de grandes y calladas virtudes. De inteligencia profunda y sentido práctico. Con las ideas claras, disciplina, enorme capacidad de trabajo, valores firmes y profunda espiritualidad. Invariablemente, predicaba con el ejemplo, era tenaz y congruente”, escribió su hijo Daniel Servitje en una carta enviada a los colaboradores, ese día que Don Lorenzo perdió la vida a las cuatro de la mañana.

Múltiples medios de comunicación, nacionales e internacionales, dieron cuenta del deceso del personaje, que tuvo ocho hijos, 24 nietos y 48 bisnietos. Parte de una dinastía ubicada en la posición número siete del Top 10 de las familias más ricas del país, de acuerdo con Forbes, con al menos 4 mil 665 millones de dólares.

El pensamiento de Federico Ozanam y Henri Bergson marcó una gran influencia en la ideología de Servitje, quien también fue un figura de contrastes. Su afiliación partidista y el reconocido apoyo a grupos conservadores le valieron críticas de la izquierda; sin embargo, hasta algunos de sus más feroces detractores reconocían su legado, trascendencia e influencia en el sector privado y político de México.

Sencillez, congruencia entre el pensar y actuar, así como una inquebrantable disposición a dar consejos, son algunos de los aspectos que lo caracterizaban, coinciden quienes lo conocieron.

“Filósofo de la responsabilidad social. Hombre entrañable”, escribió su amigo, el sociólogo Enrique Krauze, quien hace más de un año ya había publicado el artículo La fe del panadero, donde lo describió como “el empresario que no sólo ha hecho pan, sino patria”.

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Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo. Foto: Cuartoscuro, archivo

Lorenzo Juan José Servitje Sendra nació el 20 de noviembre de 1918, fue el mayor de los cinco hijos de los migrantes catalanes Juan Servitje Torrallardona y Josefina Sendra. Su padre fundó en 1928 la pastelería “El Molino”, que tenía su expendio principal en la calle 16 de septiembre, en el Centro Histórico de la capital mexicana.

A los 16 años trabajaba en sus ratos libres en la pastelería y después entró a estudiar contaduría pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), carrera que interrumpió por un suceso que marcó su vida:

“En 1936, a los 18 años, por muerte de mi padre me tuve que hacer cargo del negocio de la familia junto con mi madre, esa fue mi primera experiencia y estuve varios años en ese trabajo”, platicó Don Lorenzo en 2014 para un video de Promotora Social México.

El entorno internacional pasaba por la Segunda Guerra Mundial y en México se disparaba el desarrollo industrial. A la panadería “El Molino” llegaban revistas industriales de Estados Unidos que mostraban el pan para hacer sandwich.

El producto no era nuevo en el entonces Distrito Federal puesto que Pan Ideal, panadería fundada por Martín Velasco, ya lo surtía pero en papel parafinado que no permitía ver a los consumidores su estado. Los ejemplares norteamericanos despertaron la inquietud de entrar a ese mercado desarrollándolo a una escala mayor y con un carácter más moderno, industrial.

“Tenía yo 20 años y junto con un compañero de escuela y un familiar nuestro, pusimos una pequeña oficina donde íbamos a tener presentaciones de empresas extranjeras y mandamos cartas a todas partes, pidiendo catálogos, pidiendo listas de precios, conseguimos algunas representaciones, poco después comenzó la Guerra Mundial, exportamos a Sudamérica y ahí comenzamos hacer los primeros pesos para poner, eventualmente, en el año de 1945, Bimbo”, narró Lorenzo Servitje en la Cena de Gala Endeavor, en 2006.

Los fundadores de la empresa, en medio, Lorenzo Servitje. Foto: Bimbo

Con un millón de pesos, de los cuales 600 mil eran financiados, con visión y “con esa energía animal para que las cosas ocurran” –como él en alguna ocasión nombró como aspecto indispensable para el emprendedor–, fundó en 1945 la Panificadora Bimbo, junto con su tío Jaime Sendra, José Jorba, José T. Mata y el técnico de panificación, Alfonso Velasco, hijo del dueño de Pan Ideal, a quien Lorenzo invitó a participar como socio industrial y quien después creó el Gansito.

“Salimos con cuatro productos: el pan chico, el pan de caja y después el pan tostado, que en aquel entonces decíamos que era para niños y enfermos” rememoró el empresario en una entrevista para Clío en el año 2000.

A diferencia de Pan Ideal, Bimbo ofrecía el producto en papel de celofán, lo que proyectó a la marca.

Desde un principio pusieron especial énfasis en la distribución, enviaban productos por ferrocarril o camiones al interior de la República. Al año siguiente de la fundación ya contaban con 23 camiones y hoy en día, tienen  52 mil rutas, 171 plantas, 129 mil colaboradores y 2.5 millones de puntos de ventas.

Foto: Bimbo

La compañía tiene presencia en 22 países de América, Asia y Europa, cuenta con más 10 mil productos distribuidos en 100 marcas reconocidas, como Ricolino, Barcel, Tía Rosa, y Marinela, ésta última empezó en 1954, cuando en la planta de Bimbo Santa María se hicieron las primeras pruebas de producción de pasteles espatulados en sabores naranja, fresa y chocolate. Inicialmente fue llamada Pabisa en 1956; pero debido al poco éxito, entre otros factores, en 1957 le cambiaron el nombre en honor a su hija Maria Elena Servitje, que desde pequeña sus hermanas le decían Marinela.

El director técnico, Alfonso Velasco, desarrolló los tres primeros productos de Marinela, entre ellos, el conocido Gansito. Foto: Bimbo

El mismo año que nació Bimbo, Lorenzo se casó con Carmen Montull, hija del dueño de las fábricas de cerillos La Imperial y La Central.

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Calidad, es una de las normas que destaca la panificadora y surgió de una plática sobre un capitulo de Don Quijote de la Mancha.

– Alfonso, no salen las cuentas. Rebájale-, le dijo Lorenzo a su socio industrial cuando estaban en proceso de diseñar el panqué.
– Le voy a contar a usted un cuento de la Edad Media en que un campesino fue con un sombrerero a que le hiciera una capucha y le dio el fieltro- le respondió.
– ¿Y qué pasó?
– Hubo un momento en que el campesino le dijo al sombrero: ‘¿no me puede hacer dos?’ y le contestó que sí como no. Que tres, que cuatro, cinco, se las hacía. Cuando el campesino regresó a recoger sus caperuzas, resulta que sólo cabían en cada uno de los dedos de la mano. ‘¡Qué barbaridad!, -dijo el campesino- y el sombrerero le respondió que él le había pedido cinco caperuzas pero no le había dado el fieltro. Entonces, la calidad no es negociable- refutó Velasco.

“Como curiosidad después vine a saber que es un episodio del Quijote de la Mancha. Total,  la calidad no es negociable, la envoltura y la publicidad”, narró Don Lorenzo en una plática con World of Business Ideas (WOBI).

La norma de calidad nació de una plática del Director Industrial Alfonso Velasco y Lorenzo Servijte sobre un capitulo de Don Quijote de la Mancha. Foto: Bimbo

La publicidad no quedó fuera del foco de atención de los fundadores, tenían claro que la difusión sería un aspecto clave para el posicionamiento de la marca y su crecimiento.

El 4 de julio de 1945 se firmó la escritura constitutiva de Panificación Bimbo. El osito, imagen icono, surgió de una tarjeta navideña que le llegó a uno de los socios, Jaime Jorba. Anita Mata, esposa de Jaime Sendra, le puso el gorro, el delantal y el pan abajo del brazo, mientras que Afonso Velasco le arregló la nariz y los ojos.

Los productos fueron respaldados por una campaña propagandística, en la que el Osito Bimbo protagonizaba historietas que aparecían en periódicos, y donde la empresa, incluso, contó con un programa de radio en donde emitía sus comerciales.

Otro aspecto que Servitje hacía hincapié, era trabajar para cimentar los valores humanos, inculcar el respeto por la persona y su dignidad, lo mismo que la confianza y el amor al trabajo.

El líder señalaba que la gente no va a una empresa sólo para ganarse la vida sino a vivir, por lo que era necesario crear y mantener un buen ambiente laboral basado en el respeto.

“Respeta hasta la más modesta persona, tenle confianza y quiérela, te dará lo mejor de sí misma”, una de las frases que dejó y que Grupo Bimbo difunde.

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La Primera planta de Bimbo en Santa María Insurgentes. Foto:Bimbo

“Sí, Bimbo le hace saber a sus empleados que son la parte principal de la empresa y que nuestra seguridad y la de nuestras familias es primordial, alrededor de toda la planta, en la de producción que fue donde yo estuve, en otros lugares no lo podría asegurar, había información acerca de la seguridad, la higiene y los valores que profesa Bimbo. Nos solicitaron aprendernos las normas de higiene y seguridad”, dijo Julio César Terrazas a SinEmbargo, un joven que fue empleado de la compañía en la planta de Chihuahua, Chihuahua.

Esta filosofía laboral establecida por su fundador, era transmitida a los colaboradores y el trato era adecuado.

“Sí, el trato a los empleados desde mi perspectiva siempre fue digno, los supervisores siempre se preocupaban porque comiéramos bien y que siguiéramos las normas de seguridad que se nos indicaban, además cuentan con el Sindicato de panificadores y a pesar de que era yo era un empleado temporal siempre me apoyaron en lo que necesité”, reiteró.

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El empresario murió el 3 de febrero de 2017 a los 98 años. Foto: Cuartoscuro

Lorenzo Servitje fungió como Director y Presidente de Grupo Bimbo hasta 1994. Mientras que en ese tiempo fue socio de la Central de Servicios Populares, A.C. En 1964 participó un año como miembro de la Comisión de Salarios Mínimos y fue segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, en 1965, luego fungió como Presidente Nacional de la Unión Social de Empresarios de México (1965- 1966).

En 1982 a 1986 fue vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), posteriormente fue presidente del Consejo Nacional de la Publicidad de 1986 a 1987 y presidente de la Comisión de Estudios Sociales del Consejo Coordinador Empresarial en 1986 al 1992.

En simposium, conferencias y pláticas a los que era invitado a participar, después de dejar la dirección de Bimbo, Don Lorenzo aconsejaba a sus colegas y a los emprendedores tener perseverancia, no caer en el conformismo ni la ruta y dirigir con responsabilidad social, dar a quienes menos tienen y todo ello, sin descuidar a la familia.

“Es evidente que necesitamos una clase empresarial más dinámica, con mayor audacia e inventiva y más comprometida con el futuro de México.  Creo que el empresario tiene un papel sobresaliente en la vida de un país: sus conocimientos su autoridad, sus relaciones y sus recursos le permiten hacer mucho más que otros actores sociales”, dijo a socios de Endeavor.

Expresaba que los empresarios debían de demostrar que además de tener intereses debían de tener ideas. “Tenemos que ser filósofos; pero filósofos orientados a la acción”, decía.

En el sector bancario participó en instituciones como Banco Nacional de México (1974-1982), Grupo Industrial Trébol, Banco del Atlántico y la International Finance Corporation (con sede en Washington).

LORENZO FILÁNTROPO

Además de su desempeño en el mundo de los negocios, Servitje lo combinada con la filantropía. Creó organizaciones civiles de apoyo a campesinos, a la educación y en la reforestación.

Concibió, fundó y fue presidente de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural 1969-1973, así como socio fundador del Instituto Mexicano de Estudios Políticos en 1969, además, fue fundador y Consejero del Centro Cívico de Solidaridad.

En un mensaje grabado para Promotora Social México, cuando él tenía 94 años, explicó que su participación social se debía a su fe cristiana y lo resumía en la creencia de que una empresa “debe ser altamente productiva, sí, pero también plenamente humana”.

“Yo pienso que los empresarios católicos tenemos que hacer un esfuerzo de abrirnos a otros empresarios, de distintos modos de pensar o de actuar, viéndolos como hermanos y pasándoles toda nuestra experiencia de vida, la necesidad de responder en realidad a nuestro carácter de seguidores de Cristo, con toda discreción, con toda humildad, con respeto a quienes no viven esto como lo pretendemos vivir nosotros, se requiere utilizar al máximo ese mensaje, ese mandato de nuestra fe de amar a los demás. El amor tiene una fuerza extraordinaria que hace que muchas cosas que no podían ocurrir, sucedan. A mis colegas empresarios les digo que se olviden de su carácter de negociantes, que sean verdaderos empresarios y al mismo tiempo, si no son cristiano católicos, que pugnen por evangelizar a los demás de algún modo”, dijo Servitje en una entrevista otorgada para His Way At Work en enero de 2014 .

Posteriormente Roberto Servitje, hermano de Lorenzo se unió al Grupo Bimbo, Planta Bimbo Argentina 1995 Foto:Bimbo

Don Lorenzo construyó una firma, hoy dirigida por su hijo Daniel Servitje, que durante el pasado 2016 creció 16.2 por ciento en sus ventas netas, debido al reflejo del beneficio del tipo de cambio.

“El desempeño en las categorías de congelados, botanas y pan dulce, así como el crecimiento en marcas estratégicas, ayudaron a contrarrestar la presión que enfrenta la categoría de pan. Los productos artesanales mostraron un buen desempeño en Canadá, al igual que los bagels, muffins y tortillas” detalló el consorcio en un documento.

Foto: Bimbo

CONSEJOS, FRASES, IDEOLOGÍAS…

“Cuando uno comienza a trabajar en un negocio, no sólo debe de pensar en utilidades, sino en crear algo que deje huella”. -Lorenzo Servitje.

“Buenos productos a buenos precios, es la primera obligación de un empresario”, sostuvo en una entrevista en un Congreso de Jóvenes en 2011.

“El sindicato no es un arma de lucha , es un instrumento de de cooperación de todos los que estamos en la empresa“ refirió en una junta con el sindicato de harineros en 2014.

“Una clase empresarial dinámica y creativa es un requisito indispensable para salir del subdesarrollo, pero el empresario, además de su papel en la vida económica, lo tiene también en la vida social”, dijo Lorenzo Servitje en un homenaje realizado por el Tecnológico de Monterrey, en 2014.

“Debemos de ser filósofos en el sentido de tener principios y valores, ideas”.

“Señores, seamos unos empresarios con una gran garra, con un gran entusiasmo, con un gran coraje para salir adelante, pero no descuidemos a nuestra familia”, 2006.

“Lo importante es que haya esa insatisfacción del emprendedor, esa inconformidad de la rutina, que se piense que se  puede hacer mucho si hay imaginación y entusiasmo”, Cena de Gala Endeavor octubre- 2006.

“La obligación de servir al bien común que está implícito en el servicio que se da a los clientes, la atención que se tiene para los trabajadores, los proveedores y clientes”, dicho en una entrevista con WOBi.

“La gente no va a una empresa solamente para ganarse la vida, [sino que] va a vivir su vida. Nosotros no podemos hacer a la gente feliz ni la podemos desarrollar, pero podemos contribuir a que sean felices”.

“Cuanta más relación haya entre empresa y universidad podrán haber mejores oportunidades para los universitarios. Tienen que aprender [los universitarios] todo lo que sea relevante para el trabajo que van a realizar en el futuro, o sea, que a mí me parece que el contacto empresa-universidad es vitalmente necesario”, en una entrevista con la Universidad Tecnológica de México (Unitec), Campus Sur.

“La gente tiene que estar bien preparada para responder a las necesidades del entorno y cumplir rectamente, de acuerdo con su conciencia y su formación moral. No es posible existir sin existencia de valores”.

“El personal es un instrumento de trabajo, es un ser humano, al cual le debemos un respeto porque es un ser humano”.

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